jueves, abril 27, 2006

EL HUNDIMIENTO.

Se ha publicado en prensa, que para las oposiciones al cuerpo diplomático, se cambian contenidos como El Tratado de Utrech, los Reyes Católicos,...por contenidos de mayor profundidad histórica como la alianza de civilizaciones y temas similares.

Si no fuera porque es en España, la verdad que es para reírse de semejante estupidez. En este caso es muy preocupante. Uno de los problemas principales, por no decir el que más, de España es la educación y no tiene indicios de mejora. Ya sufrimos una atraso cultural y tecnológico histórico importante por malos gobernantes, si además continuamos este camino el futuro es el fracaso.

Un pueblo formado no es manejable ni influenciable como es nuestra sociedad actual. Actualmente hay un triunfo de la mediocridad, amparado en un falso argumento de igualdad, no se fomenta el esfuerzo sostenido ni la búsqueda de la excelencia. La educación tiene unos niveles pobres en contenidos y pobrísimos en cuanto a formación de hábitos de trabajo, de cumplimiento de responsabilidad, de virtudes elementales en definitiva.

Ya lo dijo Ortega, el problema de España es cultural y así seguirá. A esta patulea de gobernantes y políticos, sean del signo que sean, no les interesa una sociedad formada y crítica. Ellos mismos son el claro exponente de la mediocridad y de la ausencia de virtud.

Cómo me dueles España.

martes, abril 25, 2006

¿TESTOSTERONA?

El nuevo libro que ha escrito Jack Welch, lo ha realizado con su nueva esposa. El mensaje de Welch es altamente interesante, es pragmático y avalado por un excelente desempeño al frente de General Electric. Sus propuestas son sencillas, que no simples, y van directamente al núcleo del negocio. También se ha publicado un libro, Testosterone Inc, donde especula sobre altos directivos estadounidenses y su “nivel de testosterona”, en donde sale el bueno de Welch. El tema de este último libro es menos enriquecedor sobre gestión, y creo que es más bien lectura ligera. Al igual que recomiendo las enseñanzas de J. Welch sobre negocios, el libro sobre sus andanzas (y las de otros caballeretes) con el bello sexo no me parece muy valioso.

Sobre la testosterona en individuos notables, como J. Welch, no sé si es científico o es un asunto para guionistas de “salsa rosa”. Napoleón fue bastante promiscuo, Wellington igualmente y Nelson fue más contenido.

Napoleón, por su educación latina creía en la familia y sus aventuras tenían el aspecto de caprichos sexuales, de hecho el nunca quiso a nadie más que a si mismo. La parte de conquista, caza,.....tendrían su fundamento en esta actuación. Josefina le traicionó ampliamente en sus primeros años de matrimonio. Él la perdono por su necesidad de contar con su apoyo para intrigar con Barras y otros políticos influyentes, siempre fue pragmático, a pesar de su sangre caliente, y la guardó agradecimiento y cariño hasta el final.

Wellington, era un hombre que no exteriorizaba nunca afecto, se cree que fue por tener una infancia sin cariño. Sus aventuras extraconyugales fueron amplias y notorias, de hecho compartió amante con Napoleón, no al mismo tiempo of course. En este caso también sería un tema de apetencia física, necesidad de “diversión” (válvula de escape) en su exigente vida (era un esclavo de su deber). Su mujer nunca supo llevarlo ni tratarlo, al final en su lecho de muerte ella buscó un amuleto que le había hecho, y que él llevaba siempre en su muñeca. Wellington, dijo con lágrimas, “siempre estuvo ahí, si ella hubiera querido buscarlo antes”.

Nelson, un hombre menos dotado físicamente que Wellington y con menos interés para el contacto físico que el duque y que Napoleón, cayó bajo el sensual encanto de Emma Hamilton. La esposa de Nelson, al igual que la de Wellington, nunca le dio lo que él necesitaba, Lady Hamilton sí. No supo ni pudo retener a Nelson, un hombre que era “una partícula cargada” y que su aburrida esposa no entendió. Nelson fue un ardiente amante y un frío marido. Al igual que Wellington su deber siempre estuvo por encima de todo.

Por último, hay un caso que podría contradecir lo anterior, de Wellington y Napoleón, ya que Nelson fue fiel a E. Hamilton. Es el maravilloso Fouché, si hay alguien que tuvo testosterona política fue el duque de Otranto, sin embargo fue fiel hasta el final su esposa. Padre modelo y marido ejemplar, aunque lo más oscuro y enigmático en su vida profesional. No obstante este no era un hombre acción como los tres anteriores, excelentes alumnos de Marte.

Estos cuatro hombres notables, son muy diferentes entre sí. El tema no es muy crítico y difícilmente objetivable, pero tiene su interés como aproximación psicológica

P.D.: Estamos de enhorabuena Wallenstein, cuando le sea posible, va a escribir algo sobre Nordlingen y espero que posteriormente sobre la “Guerra de los treinta años”. Es una magnífica noticia. Muchas gracias a Wallenstein.

miércoles, abril 12, 2006

THE IRON DUKE

El otro día paseando por una librería, me llamó la atención una nueva biografía de Wellington. Por supuesto la compré, y compagino su lectura en los fines de semana con “los clásicos”.

Siendo un lector atento de la época napoleónica, me llama la atención la alta repercusión histórica de Wellington y Nelson, comparada con su peripecia vital. Me explico, mi admiración y respeto por Nelson y Wellington es muy, pero que muy, alta. Y mi devoción por la figura de Napoleón, como general y cónsul, es cercana a la adoración. Pero ¿en qué superó Nelson al Almirante D. Blas de Lezo?, sobre Wellington, me tendría remontar a Pavía para encontrar un parangón español, pero en nuestra historia los hay, ¡ voto a bríos ¡. Sobre Napoleón, como con Shakespeare, o te rindes a su grandeza o emprendes una lucha estéril e inútil, en la que él te derrotará.

¿Habéis leído alguna biografía de Lezo (se ha sacado una por la puerta de atrás) ?, ¿se habla de Lezo, Churruca, Mazarredo, El Gran Capitán,....., en la LOGSE?,.....¿Clavijo, Navas de Tolosa, Lepanto, Pavía, Bailén,.....?.

Mientras no cambie el signo de los tiempos, no hay futuro. Un pueblo que no cuida su historia es un pueblo que no respeta “the line of my people”, como dice mi amigo Sánchez Bolín en El espíritu de Pavese, y ese pueblo es un cadáver errante.

Por ahora disfrutaré, con resignación cristina (Semana Santa) y saludable envidia, con Arthur Colley Wellesley, duque de Wellington, mi admirado Nelson, y mi amado Napoleón.

lunes, abril 10, 2006

ADIÓS BONO

He leído que el Jefe del Estado Mayor, general Félix Sanz Roldán (inquietante segundo apellido) le ha dicho a Bono en su despedida que se va “como el buen soldado, al que se refería McArthur. Durante el acto, la palabra España y bandera han sido repetidas con profusión y dentro de una corrección formal tremendamente académica y reglamentaria. De hecho el amor a la patria y a la bandera, se reserva a los actos oficiales y al vino español correspondiente. Luego a "navegar", y arroparse en excusas que suelen ser solemnizar lo evidente del papel de las Fuerzas Armadas,...

Bono, me parece un “trilero”, con una capacidad de demagogia tremenda, muy apropiada para esta sociedad española actual. No tiene un discurso fundamentado en ideas base sólidas, sus acciones suelen tener siempre la búsqueda de un rédito electoral cortoplacista, su principal “leit motiv” es su imagen pública, al servicio de su ambición personal.

Adiós Sr. Ministro Bono, el que le sustituye es del mismo “hierro”.

Un modelo correcto servidor público está muy alejado de Bono, por no hablar del resto del Gobierno, empezando por el solemne. Igual referencia vale para el modelo de soldado y el general Sanz. Este ínclito general, parece un “funcionariote” que ha cultivado una saludable panza. Supongo que fruto de las tragaderas del individuo en cuestión. Igual que Douglas Mc Arthur, no te jode

miércoles, abril 05, 2006

GUERRA Y PAZ.

Dentro de mis múltiples carencias de lectura se encontraba “Guerra y Paz” del divino Lev Tolstoi, actualmente estoy terminando esta magnífica obra. La experiencia de leer esta novela en la madurez es muy enriquecedora. No voy a descubrir a Tolstoy aquí y ahora, por supuesto, mi comentario va por el análisis que hace el espléndido novelista ruso de Napoleón y de los protagonistas de la confrontación de la Francia napoleónica y la Santa Madre Rusia.

Trafalgar de Galdós, es la mejor novela en español sobre la batalla del mismo nombre. Podrá ser superada en cuanto a contenido técnico por otros autores patrios, y por supuesto por los incontables británicos que han escrito sobre el luctuoso suceso de la bahía de Cádiz, pero como novela es insuperable. Cabo Trafalgar de Pérez-Reverte es una obra pasable, nada más. En este caso la técnica y el conocimiento exacto histórico deben dejar paso a la creación literaria, de la que Galdós y Tolstoy son de los máximos exponentes. Dentro de esa creación literaria sublime, que nos aporta esplendor estético, estos Novelistas nos inician en la sabiduría del conocimiento del alma humana.

Tolstoy nos da unas páginas maravillosas sobre Napoleón, Kutúzoz, Bagration,.....Creo sin temor a equivocarme que es en estas obras, en estos autores, donde podemos encontrar sabiduría. Guerra y paz, imprescindible, como todos los clásicos. Otro día damos una humilde opinión sobre la campaña rusa del Sire, hoy estoy postrado ante el genio inmortal de Lev Nikolayevich, Conde Tolstoy