lunes, enero 26, 2009

EL PRIMER BRUTO

Hay dos Brutos famosos en la Historia de Roma. Marco Junio Bruto, el hijo de Servilia, adoptado por César, que participó en su asesinato. Y Lucio Juno Bruto, que lideró activamente la deposición del último rey de Roma, Tarquino “el soberbio”. se le considera fundador de la República de Roma.

Lucio Juno Bruto fue uno de los dos primeros cónsules de la República de Roma, formando pareja con Lucio Tarquinio Colatino. Durante su consulado hubo un intento de volver a imponer al depuesto rey Tarquino, que fue descubierto. Bruto dijo que se ajusticiaría todos los implicados en la conspiración. Lo terrible para Bruto, fue ver que sus hijos, Tito y Tiberio, estaban entre los implicados. Bruto asistió impasible a su ejecución pública, junto con los otros acusados.

Estos hechos, formaban parte del Mos maiorum romano (la costumbre de los ancestros). Este era la referencia fundamental de comportamiento para un romano, su guía ante los sucesos clave de su vida.

El carácter de un pueblo se forja de este tipo de referencias fundamentales, que se impregnan en su sustrato cultural, en su código vital. Por desgracia, en la actualidad carecemos de este tipo de referencias y vemos como se destruyen las pasadas, sobre todo en la España de nuestros pecados. Los hechos, hombres y mujeres admirados son la clave del sentir de un pueblo.

Yo personalmente, a riesgo de ser considerado antiguo, hecho que me importa una higa, prefiero que mis referencias sean del tipo de Guzmán “El Bueno”, El Cid, Churruca, el almirante Blas de Lezo,.....; que otros íconos actuales, del tipo de Pedro Zerolo, o cualquier otro botarate/a que pueblan nuestra clase dirigente actual.

Pensad en qué referencias y valores tenemos, qué nos propugnan desde todos los sitios. Seguridad sin esfuerzo, paz a cualquier precio , ejércitos sin soldados, tacticismo hipócrita, el “políticamente correcto”,.....Da todo mucha tristeza. Quisiera oír a alguien, a este lado del Atlántico, que hable de esfuerzo, sacrificio y que no tenga a miedo a los ajustes duros y necesarios