ACCIÓN&ANÁLISIS

La naturaleza de Bismarck, consume la vida y da muerte al reposo. Esta bonita frase de A. Keyserling, refleja de forma muy apropiada la vigorosa y decidida forma de actuar del junker prusiano. Pero si hay una persona a la que creo, que se le puede aplicar la citada frase con pleno sentido, es a Napoleón.

Una de las constantes de la vida de Napoleón, fue su energía, aplicable a todos los aspectos de su actividad; militar, de gobierno, legislador,..... Incluso en sus lances de amor, era extremadamente controlador con el tiempo, no perdía un momento en "maniobras fuera del objetivo", es muy curiosa su metodología en este aspecto. Este ímpetu no era carente de análisis, aplicaba la misma energía en la planificación de sus trabajos que en su realización. Cuando llegaba a una conclusión y delimitaba su modo de operación, se aplicaba con toda su capacidad, que era titánica, a esa tarea. Su campaña de Austerlitz es una de las mejores muestras.

No es frecuente encontrar en la Historia una conjunción de análisis y acción tan notables como la de Napoleón. Grandes protagonistas de la misma descollaban en una de ellas, siendo mediocres en la otra, pero supieron apoyarse en buenos segundos, que los complementaban. Churchill era un comandante al galope, Ulises S. Grant era todo en la acción y nada en el pensar.

El conde Las Cases, en su “Memorial de Santa Elena”, recoge que el sire, le comentó que nunca había conocido límite a su capacidad de trabajo. Esta prometeica, naturaleza, infatigable e inabarcable, fue una de las causas de su caída. Un historiador británico le definió como una rana que quiso ser un buey, y estalló.

Uno de sus pocos fallos de análisis, y más graves, fue con España. Mal aconsejado por Tayllerand. Creyó que el envilecimiento de nuestra clase dirigente de entonces era igual a la del pueblo. Se equivocó.