domingo, agosto 22, 2010

UNA BUENA DOTE

Cuando Napoleón y Josefina Beauharnais se casaron, sucedió una escena que tiene su interés.

Estando los futuros esposos en casa del notario que les iba a casar, éste manifestó el deseo de hablar a solas con ella. Mas habiendo, por descuido, dejado entreabierta la puerta, el entonces general Bonaparte, pudo oír las siguientes palabras: “Qué, ¿persistís en querer casaros con Bonaparte, que sólo posee la capa y la espada?”. Napoleón no dijo nada; sólo cuando llegó el momento en que el notario terminaba la lectura del contrato y pronunciaba: “El futuro esposo declara que nada posee”, “Podéis borrar esa frase”, dijo con vehemencia: “escribid que poseo mi espada”.

Esa espada fue una dote que llevó a la Beauharnais a ser emperatriz.