sábado, enero 08, 2011

LA CAPA ROJA

Volviendo a ver la maravillosa “Austerlitz” de Abel Gance, el sire aparece con su caballo blanco. Utilizaba ese caballo en las batallas para que le pudieran reconocer sus hombres, sabiendo que hacía un buen blanco (valga la redundancia) para el enemigo. En Austerlitz dijo algo parecido a: “estaré cerca de vosotros, soldados, y vuestro ardor en el combate impedirá que el enemigo me alcance”.

Napoleón, lector atento de Historia, era un magnífico conocedor de Julio César, y de sus “Comentarios a la Guerra de las Galias” (Commentarii de Bello Gallico ). De hecho en su despacho había dos bustos, Federico “el Grande” y César. En los Comentarios, César cuenta como en la batalla de Alesia, su capa roja de general era vista en todo momento por sus hombres, y enemigos, que acudía donde la pelea era más fiera. Esa presencia del general, ese aliento, era clave. Napoleón lo sabía y su caballo e indumentaria eran perfectamente reconocibles. Eran su capa roja.

Wellington dijo que con Napoleón en el campo de batalla, los franceses tenían 20.000 hombres más. Un auto elogio, pues lo derrotó en Waterloo, de eso ya hemos hablado y hablaremos. El mejor Wellington, contra el peor Napoleón y si no es por Grouchy y D´Erlon hubiera vencido el sire.