2 de Mayo. IN MEMORIAM.
El 2 de Mayo de 1808, el pueblo de Madrid al ver que se llevan a la reina y un infante se levanta en armas contra el invasor francés.
Es una de las pautas más sólidas de comportamiento del pueblo español. Pasar de una inactividad, sumisión, apatía, indiferencia….sobre los acontecimientos, a la mayor y desmedida acción. Pasamos del Quijote a San Juan de la Cruz, sin término medio.
El invasor francés vino a España a imponer Liberté, Egalité y Fraternité a sablazos, lo que llevó a catalizar la acción de un pueblo adormecido, con una clase política envilecida y una monarquía totalmente corrompida. Lo dijo el inglés Pitt, la invasión de España será la ruina de Napoleón. Mi admiración por el general y cónsul Bonaparte es muy alta, cuando se revistió del armiño imperial tuvo grandes errores. Sus mayores errores fueron la invasión de España, menospreciar al pueblo, y la invasión de Rusia. Lo pagó con creces.
Ese pueblo dio unas muestras altísimas de orgullo indómito, capacidad de sacrificio y entrega a una causa. Fueron al asombro y modelo de Europa en las luchas napoleónicas. Si esas virtudes se hubieran tenido antes, nunca el divino corso se hubiera atrevido a cruzar los Pirineos.
Hoy hablamos de ese pueblo de Madrid, de España, que peleó con todo lo que tenía contra un invasor mucho más poderoso. Eso nunca nos importó, Unamuno decía que la verdadera religión de España es el Quijotismo. Esos Daoíz, Velarde, Manuela Malasaña,…y los demás. Esos “demás”, no son anónimos, ellos fueron nosotros, nosotros somos ellos.
Hoy sólo quiero hablar de su memoria. Otro día hablaremos de la necesaria Ilustración perdida, de lo bueno que hubiera sido un Cromwell. Pero dan mucho sobre lo que pensar hoy, en esta época oscura.
Es una de las pautas más sólidas de comportamiento del pueblo español. Pasar de una inactividad, sumisión, apatía, indiferencia….sobre los acontecimientos, a la mayor y desmedida acción. Pasamos del Quijote a San Juan de la Cruz, sin término medio.
El invasor francés vino a España a imponer Liberté, Egalité y Fraternité a sablazos, lo que llevó a catalizar la acción de un pueblo adormecido, con una clase política envilecida y una monarquía totalmente corrompida. Lo dijo el inglés Pitt, la invasión de España será la ruina de Napoleón. Mi admiración por el general y cónsul Bonaparte es muy alta, cuando se revistió del armiño imperial tuvo grandes errores. Sus mayores errores fueron la invasión de España, menospreciar al pueblo, y la invasión de Rusia. Lo pagó con creces.
Ese pueblo dio unas muestras altísimas de orgullo indómito, capacidad de sacrificio y entrega a una causa. Fueron al asombro y modelo de Europa en las luchas napoleónicas. Si esas virtudes se hubieran tenido antes, nunca el divino corso se hubiera atrevido a cruzar los Pirineos.
Hoy hablamos de ese pueblo de Madrid, de España, que peleó con todo lo que tenía contra un invasor mucho más poderoso. Eso nunca nos importó, Unamuno decía que la verdadera religión de España es el Quijotismo. Esos Daoíz, Velarde, Manuela Malasaña,…y los demás. Esos “demás”, no son anónimos, ellos fueron nosotros, nosotros somos ellos.
Hoy sólo quiero hablar de su memoria. Otro día hablaremos de la necesaria Ilustración perdida, de lo bueno que hubiera sido un Cromwell. Pero dan mucho sobre lo que pensar hoy, en esta época oscura.
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