GUERRA A LA INGLATERRA.
Hay un libro interesante sobre el enfrentamiento que hemos mantenido con la pérfida Albión, desde Felipe II. El autor es muy solvente, desde el punto de vista histórico, y sus apreciaciones están llenas de sentido.
En Historia es muy difícil alcanzar un consenso amplio. La anécdota de Wittgenstein y Popper sobre el atizador, en el Cambridge Moral Science Club es muy ilustrativa. Ni los mismos testigos se ponen de acuerdo sobre lo sucedido, en un hecho reciente y con personas relevantes. Por lo que la unicidad de criterio absoluto en Historia está siempre sujeta a la calidad de las fuentes, la preparación base del historiador, sus escuelas históricas influyentes y más factores que se me escapan. Por lo que, los diletantes de la Historia, como este vuestro humilde servidor, tenemos que tratar de centrarnos en lo esencial y sobre lo que hay datos objetivos contrastados, así como el acudir a fuentes de cierta solvencia.
En el libro antes apuntado, aparecen con asiduidad ciertas ideas fundamentales. Inglaterra iba de menos a más, de ser una potencia testimonial en tiempos de Isabel I a ser la primera potencia después de las guerras napoleónicas. Estaba constantemente en una política de ataque, no de defensa, era la nación que más tenía que ganar, por lo que su esfuerzo era mayor y con más motivación nacional. Misma dinámica que Roma y bárbaros. España estaba desangrándose por los múltiples frentes, mala gestión y errores políticos. Aún así la resistencia hispana fue más que notable, para los medios disponibles y los gobernantes de turno. Nos han gobernado los más imbéciles de occidente.
El concepto de war&business estaba firmemente arraigado en la sociedad británica. En España, todavía se decía que “los caballeros no discutimos de dinero”, quijotada muy nuestra. La Royal Navy era el garante del comercio, la Compañía de Indias, al igual que la city, tenían un peso específico importante en el gobierno. Esa “codicia protestante” de los herejes británicos les fue positiva.
Por último el sentido del deber. En España siempre hubo un altísimo sentido del honor, más que del deber, orgullo quizá. Cuando coincidían el honor personal y el deber, el personaje era notable y beneficioso para España. Pero hubo acciones donde se supeditó orgullos personales al bien nacional. Los ingleses tenían mejor interiorizado que el deber era para el bien común de la nación. Como corolario las tripulaciones, tropas, mandos, gobernantes, virtus en general, de los ingleses, fue superando gradualmente a las hispanas durante la contienda.
En Historia es muy difícil alcanzar un consenso amplio. La anécdota de Wittgenstein y Popper sobre el atizador, en el Cambridge Moral Science Club es muy ilustrativa. Ni los mismos testigos se ponen de acuerdo sobre lo sucedido, en un hecho reciente y con personas relevantes. Por lo que la unicidad de criterio absoluto en Historia está siempre sujeta a la calidad de las fuentes, la preparación base del historiador, sus escuelas históricas influyentes y más factores que se me escapan. Por lo que, los diletantes de la Historia, como este vuestro humilde servidor, tenemos que tratar de centrarnos en lo esencial y sobre lo que hay datos objetivos contrastados, así como el acudir a fuentes de cierta solvencia.
En el libro antes apuntado, aparecen con asiduidad ciertas ideas fundamentales. Inglaterra iba de menos a más, de ser una potencia testimonial en tiempos de Isabel I a ser la primera potencia después de las guerras napoleónicas. Estaba constantemente en una política de ataque, no de defensa, era la nación que más tenía que ganar, por lo que su esfuerzo era mayor y con más motivación nacional. Misma dinámica que Roma y bárbaros. España estaba desangrándose por los múltiples frentes, mala gestión y errores políticos. Aún así la resistencia hispana fue más que notable, para los medios disponibles y los gobernantes de turno. Nos han gobernado los más imbéciles de occidente.
El concepto de war&business estaba firmemente arraigado en la sociedad británica. En España, todavía se decía que “los caballeros no discutimos de dinero”, quijotada muy nuestra. La Royal Navy era el garante del comercio, la Compañía de Indias, al igual que la city, tenían un peso específico importante en el gobierno. Esa “codicia protestante” de los herejes británicos les fue positiva.
Por último el sentido del deber. En España siempre hubo un altísimo sentido del honor, más que del deber, orgullo quizá. Cuando coincidían el honor personal y el deber, el personaje era notable y beneficioso para España. Pero hubo acciones donde se supeditó orgullos personales al bien nacional. Los ingleses tenían mejor interiorizado que el deber era para el bien común de la nación. Como corolario las tripulaciones, tropas, mandos, gobernantes, virtus en general, de los ingleses, fue superando gradualmente a las hispanas durante la contienda.
P.D.: acabo de ver que a Almodóvar le han dado el Príncipe de Asturias. Sin comentarios.
3 Comments:
Hola a todos:
Don Blas ese es el problema de la Historia y el peligro de acudir a supuestos historiadores que intentan solo vender libros y causar polemicas varias. Por desgracia, en España esta especie esta proliferando mucho.
Sobre el problema de Inglaterra, es a partir de la llegada al trono de Isabel I cuando se invierte la tendencia aislacionista y no intervencionista y se comienza a crear las bases del gran "imperio" posterior. No olvides que las Actas de Navegacion de Cromwell son de mediados del XVII y que con Holanda, si la memoria no me falla, hubo dos guerras en un corto espacio de tiempo a mediados del XVII de nuevo, que fueron debidas a intereses economicos. Hasta hace algun tiempo, se decia que el Calvinismo habia sido un factor predominante en el desarrollo del incipiente capitalismo de las Provincias Unidas y en Inglaterra, con una etica que premiaba el esfuerzo y el trabajo para acercarse a Dios, frente a la etica catolica del trabajo como castigo divino. Esta tesis fue defendida por Sombart en El burgues si la memoria no me falla. Hoy dia, esta tesis no se acepta pero aun asi, entrando en el problematico problema de la Historia de las Mentalidades, puede ser interesante para tener en cuenta.
No olvides, que desde la ruptura de Enrique VIII con Roma, por problemas e intereses concretos y no por cuestiones religiosas, la Iglesia inglesa paso a ser un instrumento pleno de la Monarquia, sin estar sujeto el pais de ninguna forma a la guia espiritual de Roma, mientras que en la Monarquia Hispanica, se hablaba de la limpieza de sangre y de oficios para desempeñar una gran cantidad de cargos y oficios publicos, etc.
En definitiva, un asunto muy dificil y que responde, como siempre sucede en Historia a la multicausalidad.
Saludos a todos.
D. Albrecht:
Muchas gracias por tu comentario. Amplía y enriquece mi entrada, con una opinión fundada de "historiador profesional". Es lo bueno de los blogs, se enriquecen las aportaciones, que siempre es muy positivo.
Hay un texto base, "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" de M. Weber que te recomiendo, si no has leído ya, que trata sobre uno de los puntos que recoges. Este autor confirma que la creencia sí influye en el comportamiento económico de una sociedad. Como todo sujeto a debate y opinión.
Efectivamente los ingleses tuvieron dos guerras con Holanda. Inglaterra cuando ha visto peligrar sus intereses ha reaccionado con mucha contundencia. Poniendo los medios humanos y materiales necesarios. Desde Isabel I no ha dejado que una potencia continental tuviera suficiente poder para que les amenazara. Esta política la han mantenido con mucha coherencia.
Saludos cordiales.
Hola a todos:
Sabia que la referencia de Sombart no me cuadraba bien. Me referia mas concretamente al libro de Weber que al de Sombart. Lo de "historiador profesional" quizas lo sea algun dia. Por el momento me conformo con ser un proyecto o un aprendiz de historiador. Solo eso.
Saludos a todos.
Publicar un comentario
<< Home