PRIMEROS PRINCIPIOS.
El mejor libro sobre gestión que se ha escrito en los últimos años es “Good to Great” de Jim Collins. Un excelente estudio con análisis profundo y riguroso de claves de éxito de empresas sobresalientes. El profesor Collins y su equipo se centran en aspectos prácticos con una fundamentación muy solvente. No voy a resumir el libro, sobre el que considero imprescindible su lectura para los que se dedican a la empresa comercial, en cualquier nivel. Pero hay un punto del que si quisiera hacer un comentario, sobre la burocracia, normas,.....
En este libro se indica que no es muy útil llenar una organización de procedimientos, que luego son difíciles de cumplir. La clave es: pensamiento disciplinado, gente disciplinada y acción disciplinada. Esto no significa obediencia ciega ni ausencia de iniciativa, significa una idea base que es el sustrato fundamental del desempeño. Que el personal esté formado, imbuido de la cultura de la empresa (siempre que sea correcta como propuesta competitiva) y tenga libertad de acción en los imprevistos diarios.
En España pasamos del cero al infinito. O no hay legislación o se hiperlegisla sobre temas sin importancia que hacen muy difícil el cumplimiento del espíritu de la ley en cuestión. Veremos en próximas fechas la legislación que va a surgir del caso de AFINSA y FORUM.
Karl Von Clausewitz en su obra “De la guerra” (Vom Kriege) indica lo siguiente:
“Los hombres no pueden reducir la estrategia a una mera fórmula. La planificación detallada fracasa sin remedio debido a las inevitables fricciones que se originan: una situación de oportunidad, una ejecución imperfecta y la libre voluntad del oponente. En su lugar priman los elementos humanos: el liderazgo, la moral y el sentido común casi instintivo que poseen los mejores generales”.
La estrategia no es un plan de acción a largo plazo. Es la evolución de una idea principal a través de un continuo cambio de circunstancias. No hay un plan que resista un contacto con el enemigo. Los negocios y la guerra difieren en cuanto a objetivos y códigos de conducta, pero en ambos casos, hay que enfrentarse a la voluntad independiente de otras partes. Cualquier enfoque minucioso se queda en nada si de lo que se trata es de enfrentarse a la voluntad independiente, o a situaciones que surgen de forma repentina en el mundo real.
En este libro se indica que no es muy útil llenar una organización de procedimientos, que luego son difíciles de cumplir. La clave es: pensamiento disciplinado, gente disciplinada y acción disciplinada. Esto no significa obediencia ciega ni ausencia de iniciativa, significa una idea base que es el sustrato fundamental del desempeño. Que el personal esté formado, imbuido de la cultura de la empresa (siempre que sea correcta como propuesta competitiva) y tenga libertad de acción en los imprevistos diarios.
En España pasamos del cero al infinito. O no hay legislación o se hiperlegisla sobre temas sin importancia que hacen muy difícil el cumplimiento del espíritu de la ley en cuestión. Veremos en próximas fechas la legislación que va a surgir del caso de AFINSA y FORUM.
Karl Von Clausewitz en su obra “De la guerra” (Vom Kriege) indica lo siguiente:
“Los hombres no pueden reducir la estrategia a una mera fórmula. La planificación detallada fracasa sin remedio debido a las inevitables fricciones que se originan: una situación de oportunidad, una ejecución imperfecta y la libre voluntad del oponente. En su lugar priman los elementos humanos: el liderazgo, la moral y el sentido común casi instintivo que poseen los mejores generales”.
La estrategia no es un plan de acción a largo plazo. Es la evolución de una idea principal a través de un continuo cambio de circunstancias. No hay un plan que resista un contacto con el enemigo. Los negocios y la guerra difieren en cuanto a objetivos y códigos de conducta, pero en ambos casos, hay que enfrentarse a la voluntad independiente de otras partes. Cualquier enfoque minucioso se queda en nada si de lo que se trata es de enfrentarse a la voluntad independiente, o a situaciones que surgen de forma repentina en el mundo real.
Para terminar, creo que una de las anécdotas de Wellington en Waterloo plasma de forma correcta esta idea. Antes de la batalla de Waterloo, el Duque de Wellington se encontraba, debajo de un árbol, leyendo tranquilamente “The Times”. Su estado mayor, presa de la excitación por lo inminente del enfrentamiento y la importancia crucial del resultado, le preguntó por su plan, el Duque respondió con su sang froid habitual: “derrotar al enemigo”, y siguió leyendo.
1 Comments:
Hola a todos:
En esta linea hay un dicho muy bueno: "Ningun plan sobrevive al primer contacto con el enemigo". Por desgracia la disciplina y la iniciativa hoy dia no se encuentran en nuestros jovenes, que prefieren el gregarismo caotico.
Saludos a todos.
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