martes, junio 13, 2006

WATERLOO. I

Este domingo, 18 de Junio, es el aniversario de la batalla de Waterloo (18 de Junio de 1815), que fue el final de la campaña de Bélgica emprendida por Napoleón durante sus Cien días. Napoleón trataba de derrotar a los ejércitos aliados, antes de que se unieran. Su idea era derrotar primero a los prusianos para posteriormente enfrentarse al combinado británico y alemán que comandaba Wellington.

La literatura sobre esta batalla, campaña, es muy amplia y exhaustiva. Hay excelentes libros, sobre la misma. Me permito recomendar
uno que es muy claro y de fácil lectura, del profesor Barbero.

En esta campaña, Napoleón no era el de Austerlitz, cometió numerosos errores que en su apogeo no hubiera incurrido en los mismos. El principal error fue el de la elección de los mandos franceses. Sus principales colaboradores le habían dejado, su imprescindible Berthier había muerto por accidente, pero antes había rechazado el unírsele. Los generales y mariscales que se le unieron le permitían tomar mejores opciones de asignación de mando.

La idea más extendida es que fue el fallo de Grouchy la clave de su derrota. Grouchy falló, por supuesto, pero su error fue una consecuencia de errores previos y falta de un Estado Mayor eficaz. Si hay algún general francés al que se le pueda responsabilizar de forma clara, aparte de al mismo Napoleón, ese es el General Drouet, conde D'Erlon. Si hubiera actuado con decisión en los días anteriores, habría derrotado a los prusianos contundentemente. La posterior maniobra del mariscal Neidhardt von Gneisenau, permitió a los prusianos socorrer a Wellington.

Durante la batalla los fallos de Napoleón y sus generales se sucedieron. La carga de Ney contra los cuadros de infantería fue un fracaso, no llevaba apoyo de infantería, y Wellington aguantó el castigo. Si Napoleón en esa fase hubiera lanzado un ataque con todas sus reservas, incluida la Vieja Guardia, habría quebrado la resistencia de Wellington. El ataque posterior fue repelido por la infantería británica.

En
la película sobre Waterloo se ve parte de esto. No está mal.

Marte había retirado su apoyo al corso. En los campos de Bélgica la estrella de Napoleón cayó. Los dioses no le permitieron dormir el sueño de bronce en el campo de batalla y el que fuera el primer corazón de Europa murió prisionero en el destierro de Santa Elena.

3 Comments:

Blogger Wallenstein77 said...

Hola a todos:
El año pasado subi un articulo a La Torre Atalaya. Me has dado una buena excusa para subirlo en los proximos dias a Reflexiones y asi poderlo reutilizar ante la escasez de tiempo. No obstante, parece que uno de sus graves problemas fue la falta de un reconocimiento real y efectivo del campo de batalla, al basarse en los planos y no en la experiencia directa. Eso permitio una mejor estructura defensiva por parte de Wellington que realizo un dispositivo aprovechandose al maximo del terreno. Lo subire antes del viernes y espero que resulte interesante.

Saludos a todos.

11:37 a. m.  
Blogger D. Blas de Lezo said...

Wallenstein. Muchas gracias por tu comentario, seguro que el artículo es interesante.

La táctica de Wellington era resistir hasta la llegada de los prusianos. Su uso del terreno y de sus medios fue magistral, en tiempo y modo. El temple de Wellington, durante la formación de los cuadros fue digno de los mejores generales.

Hablaré un poco de ello en Waterloo II.

Gracias de nuevo.

12:54 p. m.  
Blogger Wallenstein77 said...

Hola Blas de Lezo: Acabo de subir el articulo. Espero que te resulte interesante y ameno.

Saludos a todos.

2:13 p. m.  

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