LA ODISEA
El domingo en el diario “El País” venía un artículo de Mario Vargas Llosa sobre una obra de teatro que ha escrito basada en La Odisea del inmortal Homero.
Mi interés no viene por la obra teatral de Vargas Llosa, me interesa más su obra novelística, que considero muy notable. Este comentario es por La Odisea. Si hay un libro que releo frecuentemente y con cada vez mayor disfrute estético y espiritual es La Odisea. Igualmente con La Iliada, pero por subjetivismo personal La Odisea me es más querida.
Hace tiempo, por casualidad, pude leer el poema que ganó el premio de poesía del Ateneo de Valladolid (no recuerdo el año). Me lo hicieron llegar por conocer mi amor por el divino Ulises de Ítaca, Odiseo. En este poema, no aparece Ulises, el destructor de ciudades, el matador de hombres, el alumno de Zeus. Aparece Ulises, el hijo de Laertes, el esposo de Penélope, el padre de Telémaco.
Espero que os guste.
INSOMNIO DEL NAVEGANTE.
Uno a veces se pregunta,
en medio del mar
o en una playa remota,
si merecen la pena
tantas islas, tantos naufragios,
tantas incógnitas.
Si Penélope, en Ítaca,
teje y desteje
el tapiz de la espera
o, más bien,
ese otro tapiz entrevisto
de su vida paralela.
Porque algunas tardes
ni siquiera los abrazos de Calipso
o el canto de las sirenas
me hacen entrar en calor,
ni siquiera el recuerdo
de tantos atardeceres,
de tantas travesías
se me ensancha en el pecho.
Espero entonces
una señal, una estrella fugaz
o una palabra imprevista
que me asalte y me salve.
Los dioses no prestan atención
al ruido de mis remos,
al rumbo de mi barco.
Hace tiempo que les olvidé,
que les cambié por ese nombre
que todo lo invade,
la tierra y el mar,
la mañana, la tarde,
el insomnio del navegante.
Hoy busco a Penélope
en mitad de mi viaje a ninguna parte.
Quiero llegar por fin, renunciar
a mi destino odisíaco,
viajar solamente,
mecido en su oleaje,
de su cabeza a sus pies,
de su boca a su vientre
y a su memoria,
de su otoño a su invierno
y a su primavera.
Y algún entrometido,
teórico y mediocre,
me dirá a bocajarro:
“Pero Ulises no es nadie
sin el mar, sin las islas,
sin los viajes”.
Y yo le diré,
vestido de naufragio,
vencedor y vencido:
“Tampoco es nadie
sin Penélope”.
José .Mª Barranco Ribot
2 Comments:
Hola a todos:
Somos ya dos seguidores de La Odisea, aunque a mi me interesa un poco mas la Iliada. De hecho, estoy planteando editar un pequeño libro sobre los combates homericos. Por cierto, la base del articulo sobre Nordlingen lo perdi con el formateo del ordenador. A ver si antes de septiembre lo puedo publicar.
Saludos a todos.
Estimado Wallenstein:
La Ilíada es maravillosa. Hay un libro de Emilio Lledó, “Elogio de la infelicidad”. Editorial Cuatro ediciones, donde en su primer capítulo trata del lenguaje en la Iliada. Es un enfoque muy filosófico, como no podía ser de otra forma en este autor, pero para los que amamos a Homero es muy interesante e ilustrativo. Si puedes te recomiendo lectura, es un libro no muy grande e interesante en su conjunto.
Con lo de Nordlingen, no hay mal que por bien no venga, seguro que el lapso de tiempo te permite mejorar las ideas.
Gracias y buenas vacaciones.
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