MARCO JUNIO BRUTO, UN TONTO ÚTIL
Marco Junio Bruto, era el muy conocido Bruto de la frase de César: Tu quoque, Brute, fili mi (Tú también, Bruto, hijo mío), o Et tu, Brute (¿Y tú también, Bruto?). Suetonio afirma que César dijo, en griego, ¿Kai su, teknon? (¿Incluso tú, hijo mío?).
Bruto, hijo de Servilia, la cual fue la amante más conocida y duradera de César, fue un mediocre desde su infancia hasta su muerte por suicidio, después de perder la batalla de Filipos, frente a Marco Antonio y Octavio. Perteneciente a una familia patricia de gran ascendencia, en la vida pública romana del final de la República, únicamente destacó en su usura como prestamista.
Su tío Catón, al que admiraba en gran manera, influyó de forma fundamental en su ideología. De hecho se casó con la hija de Catón, su prima hermana Porcia. Esta ideología le llevó a unirse al bando de los enemigos de César. Después de la derrota de Pompeyo en Farsalia, Bruto solicitó el perdón de César, que le fue concedido. Posteriormente César le ayudó en su carrera pública, nombrándole gobernador de la Galia Cisalpina.
Su cuñado Cayo Casio Longino, le llevó a la conspiración que acabaría con la vida de César en los idus de Marzo (15 de Marzo) del 44 a.c. Esta participación de Bruto en la conjura, fue muy importante, dado que aportaba la “pureza de intención” republicana para obtener el respaldo de otros senadores. Aunque, como en la mayoría de actividades humanas, las razones eran más espurias en mayor medida, cubiertas con la noble idea de tiranicidio . Bruto ejerció de la figura que Lenin describiría siglos más tarde como tonto útil.
Shakespeare le da un muy buen trato en su obra "Julio César", le define como el más noble de los romanos. Yo prefiero la visión de Dante a la del de Stratford. Dante sitúa a Bruto y a Casio (junto con Judas Iscariote) en el último círculo del Infierno, donde mora Dite, con tres cabezas y seis alas. Éste roe en cada una de sus bocas a estos tres traidores.
«Aquella alma que allí más pena sufre
‑dijo el maestro‑ es Judas Iscariote,
con la cabeza dentro y piernas fuera.
De los que la cabeza afuera tienen,
quien de las negras fauces cuelga es Bruto:
‑¡mírale retorcerse! ¡y nada dice!‑
Casio es el otro, de aspecto membrudo.
Mas retorna la noche, y ya es la hora
de partir, porque todo ya hemos visto»
Bruto, hijo de Servilia, la cual fue la amante más conocida y duradera de César, fue un mediocre desde su infancia hasta su muerte por suicidio, después de perder la batalla de Filipos, frente a Marco Antonio y Octavio. Perteneciente a una familia patricia de gran ascendencia, en la vida pública romana del final de la República, únicamente destacó en su usura como prestamista.
Su tío Catón, al que admiraba en gran manera, influyó de forma fundamental en su ideología. De hecho se casó con la hija de Catón, su prima hermana Porcia. Esta ideología le llevó a unirse al bando de los enemigos de César. Después de la derrota de Pompeyo en Farsalia, Bruto solicitó el perdón de César, que le fue concedido. Posteriormente César le ayudó en su carrera pública, nombrándole gobernador de la Galia Cisalpina.
Su cuñado Cayo Casio Longino, le llevó a la conspiración que acabaría con la vida de César en los idus de Marzo (15 de Marzo) del 44 a.c. Esta participación de Bruto en la conjura, fue muy importante, dado que aportaba la “pureza de intención” republicana para obtener el respaldo de otros senadores. Aunque, como en la mayoría de actividades humanas, las razones eran más espurias en mayor medida, cubiertas con la noble idea de tiranicidio . Bruto ejerció de la figura que Lenin describiría siglos más tarde como tonto útil.
Shakespeare le da un muy buen trato en su obra "Julio César", le define como el más noble de los romanos. Yo prefiero la visión de Dante a la del de Stratford. Dante sitúa a Bruto y a Casio (junto con Judas Iscariote) en el último círculo del Infierno, donde mora Dite, con tres cabezas y seis alas. Éste roe en cada una de sus bocas a estos tres traidores.
«Aquella alma que allí más pena sufre
‑dijo el maestro‑ es Judas Iscariote,
con la cabeza dentro y piernas fuera.
De los que la cabeza afuera tienen,
quien de las negras fauces cuelga es Bruto:
‑¡mírale retorcerse! ¡y nada dice!‑
Casio es el otro, de aspecto membrudo.
Mas retorna la noche, y ya es la hora
de partir, porque todo ya hemos visto»