miércoles, diciembre 27, 2006

EL PANTEÓN

Están francamente bien las entradas del blog de Cromwell, sobre el Panteón de Marinos Ilustres. Podría haber hablado del tiempo fenomenal de Cádiz, de la gastronomía de la zona,…… Pero ha traído a nuestro presente el recuerdo de los héroes de España.

Bien hecho y gracias amigo Cromwell.

lunes, diciembre 25, 2006

LETICIA, LA MADRE

Cuando, después de sus batallas y victorias, Napoleón se encontró por primera vez con su madre, ésta le examinó de arriba abajo, cuenta Bonaparte, y, hallando que había enflaquecido, se afligió por ello.

- Te estás matando.
- Me parece, por el contrario, que estoy bien vivo.
- Dí que vivirás en la posteridad, pero lo que es ahora.....
- Y bien, ¿es eso morir?.

Cuando se separó de ella le dice: "Vele usted por su salud, madre, pues si usted muere, nadie más tendrá autoridad sobre mí.".

miércoles, diciembre 20, 2006

NAPOLEÓN&NELSON. V

Napoleón tenía una personalidad más rica que Nelson. Mientras que el almirante británico centró toda su vida en sus dos amores: Inglaterra y Lady Hamilton, por ese orden, Napoleón tuvo más “amores” e intereses vitales. Nelson puso todo su genio al servicio de Inglaterra en la marina de guerra de su majestad, el genio de Napoleón cubrió más campos.

Desde el punto de vista militar el almirante Nelson y el general Bonaparte, fueron muy brillantes y ambos compartían conceptos. Concentración de fuerzas, creación de superioridad local, máximo daño del enemigo, explotar al máximo la victoria,.....Igualmente, ambos, tuvieron la “creative disobedence”, que da la insolencia del genio. Pero la inmortal gloria de Nelson, emana exclusivamente de su oficio con las armas. Napoleón, aparte de ser el mejor militar de su tiempo, y uno de los mejores de la Historia, fue también un hombre de estado. El interés de Napoleón por las artes y las ciencias, era notorio, fue miembro de la Academia de las Ciencias, y un partícipe muy activo de la vida cultural de Francia. Es conocida su anécdota de cómo corregía al actor de moda, Talma, su modo de interpretar a Julio César. En su vida fue un lector infatigable, de Historia fundamentalmente. Esto le influyó mucho, Paoli, dijo de él que era un hombre de Plutarco y esos modelos de la antigüedad le fueron guía en su peripecia vital.

Nelson, era mejor persona que Napoleón. El Sire era un gran manipulador, su conocimiento del alma humana le permitía ganar ventaja. El estilo de liderazgo de Napoleón se basó, en parte, en su magnética personalidad, dominio de la escena, genio militar y personal y la camaradería con sus soldados. Sus arengas, sus condecoraciones a los “bravos”, el compartir con ellos sus condiciones de vida, su amor por el ejército, le granjeó la devoción de sus hombres. Con el pueblo, pero en menor medida, utilizaba el mismo esquema. Pero, insisto que fue un magnífico manipulador. Otro de sus puntos fuertes, era que sabía crear “mesnada”, compartía el botín, con la Gloria era más cuidadoso.

martes, diciembre 19, 2006

NELSON

Este blog es excelente, permitidme recomendarlo nuevamente y especialmente las entradas recientes de “Siempre Nelson” y “Enma a Horacio”. Son realmente bonitas.

viernes, diciembre 01, 2006

EL AUTOCONTROL DE TAYLLERAND

Napoleón, era conocido por su trato brusco con sus principales colaboradores. Al igual que con sus “Grognards”, la guardia del emperador, y compañeros de armas en general, tenía un trato de camaradería y deferencia, muy sincero y humano (hay una espléndida escena en el magnífico libro de P. Rambaud, “La batalla”), con los mariscales, generales y ministros era terrible. Los hizo ricos y colmó de honores, pero el trato era desconsiderado. Un hombre como Napoleón, con su profunda capacidad de “ver las almas” despreciaba las debilidades humanas y valoraba altamente las virtudes, esto lo transmitía en su trato, y sobre esto volveremos en una pequeña semblanza de su estilo de liderazgo.

Durante su campaña en España le llegó noticia que Fouché y Tayllerand estaban conspirando contra él. Ambos hombres, genios oscuros, habían podido ver que Napoleón había sido llevado al precipicio de su destino por su alma demoníaca (la acepción demoníaca sobre Napoleón se refiere a su sentido etimológico original del griego . Como le definió Goethe, daimón, dios terrenal). La conquista de España fue el inicio de su caída.

Al conocer esta conspiración, viajó a París desde Valladolid en una marcha frenética. Cuando llegó a su capital, reunió por la noche a unos posibles implicados, entre los que estaba Tayllerand. La explosión de ira de Napoleón fue terrible, insultó y amenazó en un tono que hacía temblar a todos, menos a Tayllerand. El antiguo obispo de Autun le miraba sonriendo y bostezaba de vez en cuando. Napoleón, loco de ira, al ver la tranquilidad del príncipe de Benevento le espetó que no le había dicho que su esposa ,de Tayllerand, era amante del hermano del abominable Fernando VII. A lo cual Tayllerand le contestó que no le había informado de ese hecho, por entender que no aportaba nada a la grandeza de su majestad. Napoleón, rendido, lo despidió de su presencia. Saliendo lentamente, por su cojera, Tayllerand, manifestó que era una pena que un hombre tan grande tuviera unos modales lamentables. ¡Sublime!.

El autocontrol de Tayllerand fue muestra de un alto espíritu. Es casualidad que al igual que Fouché, este autocontrol se forjara en la disciplina del clero católico. Ambos fueron religiosos antes de su paso a la vida pública.