viernes, abril 27, 2007

¿ESPARTANO?

Leyendo el buen post sobre la batalla de Mühlberg, como todos los suyos, de In Memoriam en la bitácora Doce Doce, y ahora que está tan de moda Esparta, por la película de los 300, me acordé de una anécdota acaecida en el siglo XV. En el Renacimiento, cuando se volvió la mirada a Roma y Grecia como modelos de civilización, frente a la barbarie reinante en la Edad Media, en Italia, muchas personas ilustradas viajaron a Grecia. Un viajero veneciano estaba en Lacedemonia y se cortaba el pelo, preguntó al griego peluquero su ciudad de origen, éste le dijo Esparta. El viajero contento, pues buscaba referencias de la Esparta de Leónidas, le dijo: "luego usted es espartano". El peluquero respondió: "No. Yo soy de Esparta, pero ya no quedan espartanos".

La lectura de nuestra Historia y viendo el presente, como ejemplo el post del que he comentado arriba, hace pensar que nacemos en España, pero ¿hay españoles

miércoles, abril 25, 2007

SEAMOS GRIEGOS.

El bueno de D. Manuel Conthe se ha ido, ha dimitido, verbo muy difícil de conjugar y encontrar en la clase política. Ha presentado su renuncia por dignidad, palabra todavía más difícil de encontrar en el colectivo antes mencionado. Se puede valorar como se quiera y lanzar todas las explicaciones e interpretaciones posibles de la dimisión de Conthe, pero la verdad palmaria es esa. Siendo prudente en la forma, ha dejado varios mensajes de un tremendo calado.

Empezó asumiendo conductas arbitrarias y partidistas en el mercado de valores, pero quiero pensar que trató de reconducir la CNMV a ser un organismo apolítico y eficaz, que velara por el interés de los actores principales del mercado. No ha podido y ha dimitido, si a su jefe, P. Solbes le queda un poco de dignidad debería imitarlo. El daño hecho a nuestra economía no va a ser pequeño, a corto y medio plazo, y es un punto más en la deriva institucional de España.

Este post, es para valorar el buen gusto de Conthe. En su dimisión, citó a Kavafis, su poema de las Termópilas. Ha seguido a Goethe, en "que cada uno a su modo sea griego".

Custodian y defienden las Termópilas.
Sin apartarse nunca del deber;
justos y rectos en todos sus actos,
no exentos de piedad y compasión;
generosos cuando son ricos, y también
si son pobres, modestamente generosos,
cada uno según su medios;
diciendo siempre la verdad,
mas sin guardar rencor a los que mienten.
Y mayor honor les es debido
a quienes prevén (y muchos prevén)
que Efialtes aparecerá finalmente,
y pasarán los Persas.

jueves, abril 19, 2007

COMIDA CON METTERNICH.

El armiño imperial no le sentaba bien a Napoleón. Al igual que en sus facetas de hombre de estado y general ha sido uno de los más notables de la Historia, como su admirado Julio César, en los aspectos imperiales rayaba a veces lo patético.

Él, siempre se declaraba heredero de la revolución, un hombre del pueblo, el terror de los reyes,.....Pero su comportamiento contradecía estas afirmaciones. Instauró un protocolo imperial de alto boato, a pesar de su austero comportamiento privado, nombró nobles a todos sus compañeros de armas y ministros. El tratar de compensar su “baja extracción” frente a las casas reinantes europeas le llevaba a excederse en sus comportamientos protocolarios. Sus modales no eran aristocráticos, en último análisis siempre fue un general. Esta falta de modales aristocráticos, le daba a veces ciertas ventajas en su trato con los príncipes, ya que ellos no estaban acostumbrados a tratar con hombres de su talla, compensaba con su poderosísimo intelecto y su amplia cultura estas carencias. Aparte, generalmente, los había derrotado en el campo de batalla. Llamaba “primos” a los emperadores de Austria y Rusia. Pero a veces se le escapaban detalles “poco elevados”, una vez hablando con el emperador de Austria y tratando de comportarse como un emperador, le habló de cuando era subteniente. Los británicos nunca le consideraron un caballero. En estos lances, se parecía más al cónsul Mario, tío de Julio César, que a su admirado conquistador de las Galias.

El tiempo para Napoleón era importantísimo, él dijo: podré perder una batalla, pero nunca perderé un minuto. Adicionalmente su carácter era tremendamente activo y apresurado, no soportaba una espera. Cuando puso en marcha sus tropas para la campaña de Waterloo, apuntó: velocidad, decisión; sed bienvenidas. En una comida, con Metternich y sus hermanos José y Luis, se empezó a impacientar por la falta de rapidez del servicio. Le dijo a Luis, Rey de Holanda, id a ver que ocurre con la comida, y siguió tratando con Metternich sus asuntos. Luis volvió al rato y dijo que la comida iba en camino. Se volvió a impacientar y le dijo a José, Rey de Nápoles, id a apresurar al servicio. José volvió con la promesa de una pronta solución. En vista que se seguía tardando más de lo que él consideraba adecuado, fue él mismo a agilizar al servicio. Comportamiento poco regio para con los reyes y con su imperial persona. Después del almuerzo, Metternich exclamó, con cierta sorna, que a una persona que servían dos reyes en la comida, debía de ser muy elevada.

jueves, abril 12, 2007

BUEN ARTÍCULO

Una vez más recomiendo la lectura del artículo de M.A. Belloso en el diario Expansión.

martes, abril 10, 2007

LOS 1000

Creo que un manifiesto firmado por 1.000 intelectuales va a ser presentado hoy, por 10-4-07, en un acto del “cordón sanitario contra el PP”. Esta iniciativa, a mí personalmente me suscita unas cuantas reflexiones.

Primeramente es sorprendente el número de intelectuales qua hay en España. La verdad es que la palabra intelectual está muy devaluada, cuanto menos se aplica con mucha ligereza a determinado sector de la cultura española con muy definido sesgo. Quizá, teniendo un pensar amable, sea un titular a criterio del periodista (¿otro intelectual?). La palabra intelectual puede tener muchas acepciones, pero no se puede admitir que toda esa gente sea considerada de esta guisa. Permitidme un ejemplo. El Sr. Almodóvar, D. Pedro, es un artista, muy bueno como director de cine, pero que sea intelectual este buen hombre es más que dudoso. Y como este caso, más de los firmantes. Y algunos no serán más que mediocres artistas, profesionales en general u oportunistas, que tienen como fuente principal de ingresos las subvenciones. Habrá, sin duda personas de calidad, pero me temo que no muchas.

Es lógico que el mundo de la cultura se identifique con posturas políticas de izquierda, que tratan de autodenominarse progresistas. Primeramente por propio convencimiento personal, supongo que por razones históricas de rebeldía, innovación, provocación, copia a creadores de éxito,.....Y segundo, por tener que alinearse con los “requisitos establecidos”, lo cual no deja de ser un contrasentido por falta de contestación y autonomía, pero las cosas son así. Igualmente el mundo empresarial, históricamente, se acerca más a posiciones de derecha-centro-liberales-reformistas-......Aunque el mundo empresarial, muy pragmático, no tiene amigos tiene intereses, como demuestra el caso de ENDESA y muchos más. Enseguida se llevan bien con el del BOE (o el correspondiente local y/o regional), que por desgracia es muy necesario para hacer negocios en esta España.

Lo que creo importante es que la sociedad valorara este tipo de acciones, como el manifiesto, en su justa medida y alcance. De la Sra. Almudena Grandes podrán interesar sus libros, de Almodóvar sus películas,.....etc. Pero sus opiniones políticas importan muy poco y no tienen una relevancia importante. Podrían ser necesarias en Cuba, Venezuela, Irán,....;o antaño España durante el franquismo, Chile con Pinochet,....Pero ahora, repito, no son una aportación valiosa y oportuna. Nadie se las ha pedido. Parece más bien, que responden a iniciativas sugeridas desde un determinado partido político y el grupo de comunicación que lo sustenta, que a una postura vital arraigada en valores fundamentales. Pienso que son más bien “pesebreros”, que ante la inminencia de unas elecciones se aprestan a cumplir con lo que se les “sugiere”.

Un intelectual es algo más. Por lo menos tiene una visión de la realidad no sectaria, tiene principios que le permiten discrepar de las corrientes políticas partidistas en función de la situación. Tiene criterio, talento, independencia y no necesita etiquetas.

Estos 1.000 son muy libres de expresar lo que quieran, cómo y donde quieran. Pero la etiqueta de intelectuales no es correcta, sería más adecuado decir que un grupo personas, no sé que criterio seguir en su catalogación salvo cercanos al PSOE, han firmado un manifiesto contra el PP. ¿Y qué?.

lunes, abril 09, 2007

BITÁCORA DE CIENCIAS