Cuando el ejército romano llegó a Cannas, Aníbal y su estado mayor lo observaron y constataron el tamaño del mismo, 87.000 hombres que doblaban en número al ejército del cartaginés. Un oficial de Aníbal, Gisgo, comentó lo asombroso del tamaño y el peligro al que se enfrentaban, de hecho todo el contingente púnico se encontraba muy inquieto por el gran número de romanos. Aníbal le contestó “Otra cosa que se te ha pasado, Gisgo, es todavía más sorprendente — que aunque haya tantos de ellos, no hay ninguno de entre todos ellos que se llame Gisgo”. Este comentario les hizo reír a todos y el resto del ejército al ver esto, se llenó de ánimo.
El resultado de la batalla de Cannas es bien conocido. Según palabras del historiador americano Will Durant: “fue un ejemplo supremo de mando, nunca mejorado en la historia (...) y marcó las líneas de las tácticas militares durante 2000 años”. Otra nación que no hubiera sido Roma habría pedido la paz. Pero Roma prohibió nombrar esa palabra, limitó el luto a 30 días y solamente a las mujeres se les permitió llorar en público. El resultado de las guerras púnicas, es también conocido.
En la batalla de Cannas murió uno de los cónsules al mando, Lucio Emilio Paulo, y ochenta senadores de los trescientos que había en aquella época. Esto confirma que cuando un pueblo, una nación, tienen una gran virtud, los que dan ejemplo son su clase dirigente, sirviendo de modelo al resto. En lo que sea menester, guerra, trabajo, austeridad,.......
Un conocido mío, al que amonesto por sus comentarios, dice que los ingleses en la actualidad siguen dando ejemplo, no así nuestra monarquía. Mandan a sus príncipes a la guerra, no a primera línea, “of course”, pero van. Yo creo que nuestra monarquía ha dado un virtuoso ejemplo con sus valientes, bizarras y temerarias vacaciones en los peligros de las Baleares.