“We shall never surrender”, esta es una de las frases más famosas del Primer Ministro Británico, Winston S. Churchill. Una de las características principales del carácter de Churchill era que nunca se rendía. Tuvo una vida política y privada llena de luces y sombras, pero en palabras de uno de sus biógrafos Roy Jenkins, sus luces superaron a sus sombras y ha sido la persona más extraordinaria que ha vivido en el nº 10 de Downing Street.
Este carácter de Churchill lo supo transmitir magníficamente al pueblo británico en su lucha contra la Alemania nazi. Pero como hemos comentado alguna vez, el buen político sabe “destilar” el carácter de su pueblo, y generar un discurso que recoge estas pulsiones. Los británicos no se rindieron y pudieron triunfar, con la ayuda de Rusia y los USA, pero su resistencia al principio de la II Guerra Mundial fue la clave.
Este carácter británico de no rendirse, lo tienen incrustado en su ADN. En Trafalgar (siempre Trafalgar hasta que venguemos esa inútil derrota) muchos barcos británicos sufrieron un castigo terrible, pero no se rindió ninguno. Muchos de nuestros capitanes tuvieron un comportamiento noble y bizarro, pero no todos, hubo algunos barcos que se rindieron al primer choque, al igual que en la batalla del Cabo de San Vicente. En la Royal Navy, si un capitán se rendía era sometido a un consejo de guerra, como primera providencia. Si no atacaba al enemigo, lo dejaba escapar o incluso no causaba todo el daño posible, eran igualmente juzgados. El juicio era tremendamente severo, el deshonor frente a sus compatriotas era terrible. Aparte de la amenaza, llevaban en su educación, formación, adoctrinamiento,...el no rendirse, el dar todo hasta el final en el oficio de las armas para con su patria. Este espíritu era igual en todas las ramas del ejército británico. En próximas fechas hablaremos de ello, el 18 de Junio es el aniversario de Waterloo.
Esto no se logra en una generación, se ha de transmitir y sembrar en el “linaje de un pueblo”.
A la vista de los acontecimientos de la “negociación” con los terroristas ya comenté ayer mi opinión. El linaje de mi pueblo no es ni virtuoso, ni valiente. Es muy triste, no me resisto a pensar que ha desaparecido la virtud en mi pueblo, prefiero pensar que somos un poco incultos e influenciables. Hay mucho por hacer en el camino de la virtud de nuestro pueblo.
Siempre tratando de buscar ciertas ventajas de la situación actual, podemos pensar, como hipótesis, que si nos invadieran los “amigos” de Marruecos o algún otro “aliado” del solemne. Y las nobles y caballerosas tropas adversarias empezaran a violar mujeres, los Boris Izaguirre, Cerolo, Miguelito Bosé y gente de esta sensibilidad democrática, liberalidad, progresía, modernismo,....., se interpondrían en posición de espaldas, ligerillos de ropa, entre el violador y la mujer.